Dorantes

Viene de una nutrida estirpe de flamencos andaluces muy reconocidos y muy puros, como su Tio Juan Peña “El Lebrijano” o su abuela “la Perrata”, pero él además de formó en el Conservatorio de Sevilla para ampliar los horizontes de la música flamenca, desde la raíz, desde el conocimiento innato de su cultura y lo volcó con un talento descomunal para abrir puertas y sólidos caminos. Porque su música son puertas al alma y al más allá, caminos de ida y de vuelta, caminos sonoros de recreación musical, de mucha composición, de mucha historia y plenos de un discurso veraz, con la sabiduría de una sangre bañada por el arte en su más absoluta grandeza.  Así hace 25 Dorantes comenzaba su carrera con un álbum que rompió moldes “Orobroy” y se abría al mundo con una declaración de intenciones ”Cuando escucho la vieja voz de mi sangre, que canta y llora tras pasados siglos de horror, siento a Dios que perfuma mi alma y en el mundo voy sembrando rosas en vez de dolor”