Elektra

Elektra. Bizarra y doméstica opereta para cocina

Inspirado en la tragedia de ELECTRA de Eurípides. Dirección y dramaturgia: Lucia Trentinia
    Descripción

    Es el mito el que nos llevará a la construcción de una experiencia poética. La Opereta tomada como punto de partida para esta obra, género que la acerca a una contemporaneidad, un género escénico que intercala partes con diálogos hablados, así como cantadas y con una fuerte presencia instrumental.

    Pretende narrar una historia de carácter absurdo, con ritmo ágil, que entremezcla diálogos, monólogos, canciones, y descripciones que dan a la pieza un recorrido inesperado. Ponemos en escena a una Elektra de 37 años, en el día de su cumpleaños.

    Una mujer ya madura, que se lamenta permanentemente, tras la espera de su hermano para la venganza de su padre. En la cocina, en un mano a mano junto a su madre Clitemnestra, ambas mujeres tienen la oportunidad de entrar en diálogo y reflexionar acerca de este destino impuesto y la fatalidad como consecuencia. La pieza dura, lo que tarda en hacerse un pastel.

    Las actrices y protagonistas de esta tragedia, se desdoblan continuamente entre el rol de actrices y personajes. Interpelan sus propias ideas, entran y salen de el campo de batalla, como en una pelea de boxeo de gestos, emociones y palabras.

    Elektra la anti-heroína, sumida en la precariedad, sin posibilidades de una independencia económica, se ve obligada a convivir con su madre en un apartamento céntrico. Vive el luto y se lamenta por la muerte de su padre, mientras espera la llegada de otro hombre que pueda salvarla de su precariedad.

    Queda en evidencia la idea de un amor romántico, que devasta su integridad moral, su rebeldía y se plasma irónicamente en las palabras que esta escribe en sus notas. Este pequeño damero que simboliza el territorio de Micenas, un territorio bélico, es el escenario para esta tragicomedia, donde los elementos culinarios, los objetos y utensilios de cocina son los instrumentos para dar sonido y ritmo a esta pieza teatral/musical.

    Dirección, dramaturgia e interpretación: Lucía Trentini
    Interpretación: Gloria Albalate
    Desarrollo del espacio escénico e iluminación: Bibiana Cabral
     

    Los personajes exponen una problemática casi filosófica sobre la justicia, la sexualidad y los modos de cómo proceder frente al poder, la disyuntiva entre resignación o la valoración ética de sus vidas, pese al peligro de ser vencidos por los más poderosos.

    En la tragedia de Eurípides, Elektra, encerrada en los muros del palacio de Micenas, espera la llegada de su hermano Orestes para vengar la muerte de su padre, Agamenón. Este último asesinado por su esposa y madre de Elektra, Clitemnestra y su amante Egisto.

    Elektra ve a su padre como un héroe, y en la tragedia, Clitemnestra reina de Micenas, es vista como una mala madre, una villana sin corazón, adultera y acusada de ambiciosa por gobernar las tierras de su reinado.

    Ahora, ¿Cuáles son las razones que llevan a Elektra a querer matar a su madre, para vengar la muerte de su padre, cuando Agamenón también ha sido infiel, ha sacrificado a su hija Ifigenia y ha sido el propulsor de la guerra de Troya?

    La cocina es en este caso el espacio donde se desarrolla la tragedia, donde los personajes salen y entran desdoblándose en las propias actrices que cuestionan las palabras del autor.

    La cocina es también el instrumento para llevar adelante esta opereta, y una burla irónica al lugar al que se le ha adjudicado a la mujer a lo largo de la historia.

    Elektra y su madre, Clitemnestra, son absolutamente irreverentes.

    Manifiestan explícitamente su incapacidad para la cocina y utilizan los utensilios para la venganza y para la musicalización de sus discursos.


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