Finalizada
Expo Sueño de emancipación cartel

SUEÑO DE EMANCIPACIÓN: EL OLVIDO EN FEMENINO

Exposición de collages. Collage y teatro: temática y objeto
    Descripción

    La exposición de collage acompaña la obra de teatro El grito del cardo como extensión de un tema en común: la mujer a la sombra, en un contexto de represión.  Desde ambas disciplinas, teatro y collage, se aborda una temática desde dos prismas distintos que confluyen en la raíz, en el motor de su ser.

    Ambas trabajan con la historia real y con la ficción, y tienen en común un lenguaje poético y metafórico, que nos permite ahondar en la comprensión de una realidad desde un punto de vista más troncal, más universal, para ir de lo concreto a lo interseccional. La mujer y la imposibilidad de ser, de emanciparse, son el nexo conductor de ambas. El objeto, tanto utilizado para la creación de la puesta en escena, como elemento principal del collage, es utilizado en ambos casos como portador de metáfora, siendo transmutado y despojado de su funcionalidad cotidiana. Así, tanto la puesta en escena como el trabajo de collage, tienen raíces comunes en el proceso creativo.

    Esta exposición de collages de Sandra Jiménez (alias Mirada de mujer), puede visitarse en el vestíbulo de las salas Guirau y Jardiel Poncela, al acceder a la función.   No olvides llevar tus propios auriculares para disfrutar desde desde tu móvil, la audioguía que acompaña y completa la experiencia

     

    Después de una contienda, de cualquier guerra, de cualquier desastre, todo es oscuridad. Una oscuridad de la que hay que salir poco a poco con mucho entendimiento, con mucha voluntad de cicatrizar heridas para que la piel se regenere y vuelva a estar fuerte y pueda proteger el cuerpo de cualquier sociedad de asepsias y otras fatalidades que vuelvan a avocarla a más conflictos, a más muerte. Muerte en vida, muerte de la voluntad, cementerios de desidia donde sólo crecen flores secas.

    En el caso de España, tras la Guerra Civil, este proceso ha sido fallido, insuficiente, y hoy en día sufrimos las consecuencias. Sobre todo, las consecuencias de no entender, fruto de un silencio forzado, fruto de la represión llevada a cabo por un régimen dictatorial que asfixió toda esperanza de progreso y de conciliación. Y la falta de comprensión sólo genera más odio, más sentimiento de venganza, más dolor coagulado en las entrañas de un cuerpo con demencia. Porque el olvido también nos lleva a no reconocernos en el espejo de la historia.
    Esquizofrenia civilizatoria.

    Es, así mismo, absolutamente necesario entender cuál fue papel de la mujer en la posguerra española para comprender las reivindicaciones y los problemas actuales. Entender que el retroceso fue significativo, que el adoctrinamiento fue radical, que todo lo conquistado en los primeros años del siglo XX, estalló por los aires en una guerra en la que, las que verdaderamente perdieron, fueron las mujeres. Mujeres de toda ideología, con y sin bando, más o menos conscientes, sufrieron la transformación de una sociedad que ahora reprimiría todo gesto emancipatorio, todo intento de evolución, todo atisbo de construcción de una identidad en femenino.  Mujeres que venían de haber conquistado derechos y libertades, tuvieron que adaptarse de manera abrupta a un mundo en el que eran consideradas seres inferiores, sin voz ni opinión.

    Mi trabajo como artista es analizar y descubrir qué hay detrás de esos rostros que se revelan en fotografías que no sé muy bien si encuentro, o me encuentran.  Mujeres que tuvieron que acatar un mundo que se convirtió en prisión, castigadas por el mero hecho de ser mujeres. Observar unos rostros condenadas al silencio, al segundo plano, al olvido, para devolverles un paraíso perdido, para devolverles su identidad y su dignidad.

    Ellas, nuestras bisabuelas, abuelas, madres, perdieron la posibilidad de poder ser. Yo, a través del collage, construyo una metáfora que habitar para entender mejor su dolor, un poema que conquistar, un lugar que pudo ser pero que fue arrebatado. Lo hago a través de objetos que, o bien les pertenecían, o bien tuvieron que aceptar como propios. Lo anhelado, lo impuesto. Siempre pequeñas, siempre diminutas, atrapadas en un mundo de capas y discursos que jamás tenían nombre de mujer. Las no escritoras, las no artistas, las no pensadoras, las nadies.

    Mi trabajo trata de reconstruir, a duras penas, lo que no fue, lo que pudo haber sido. Devolverles un paraíso perdido, hacerles dueñas y protagonistas de su propia historia, esa que no lleva su nombre, porque fue borrado
     

    La exposición de collages Sueño de emancipación: el olvido en femenino, de Sandra Jiménez puede visitarse en el hall de las salas al acceder a la función. 

    La visita tiene entrada libre adquiriendo la entrada del espectáculo El Grito del cardo o cualquier otra entrada a las salas de teatro.  El acceso se abrirá 30 minutos antes del comienzo de función con la posibilidad de ver la exposición antes y después de la función de la obra.

    Martes a domingo: A partir de las 19:30 horas.

    Audioguía
    La presencia de la voz es fundamental en esta exposición. Por ello, se ha creado una audioguía con textos que acompañan a cada collage, y que sirve como metáfora para devolverle la voz a todas las mujeres silenciadas. Una audioguía expresamente creada para darle palabra, grito, susurro, a todos los rostros de mujer que se revelan a través de cada obra, para atesorar y rescatar de la memoria a todas las voces de las que no pudieron ni contar ni contarse a sí mismas su propia historia. Todas las voces en una sola, que brota del olvido.  Una audioguía que nos sumerge, de manera más profunda y completa, en un viaje a través de la posibilidad, de un sueño de emancipación con mirada y voz de mujer.

    NOTA: La audioguía se puede solicitar con el correspondiente código BIDI.  Se recomienda la escucha mediante auriculares para no molestar a otros visitantes.  

    Sandra Jiménez aka “MIRADA DE MUJER” en el campo del collage, es mujer de teatro y collagista. En ambas facetas su proceso creativo bebe de ambas fuentes, lo escénico y lo plástico. El teatro le permite llevar la palabra a límites que trascienden lo cotidiano a través de la acción; el collage, ensanchar, romper, dislocar las realidades tal y como las concebimos antes de someterlas a la pregunta que transforma el paisaje y proporciona nuevas perspectivas.

    No se puede concebir su trabajo y su manera de contar sin la presencia de un fuerte lenguaje poético, sin el peso de lo metafórico, sin el impulso de hablar en femenino de lo femenino. Otro elemento presente, tanto en sus collages como en sus textos, es la lucha activa desde una trinchera artística. Su trabajo es siempre reivindicativo y pone en el foco central lo silenciado, lo reprimido, lo relegado al olvido.

    El objeto es el elemento conductor de todos sus procesos, la fuente de la que mana cualquier historia. Trabaja con él desde una perspectiva arqueológica, antropológica, ya que considera que la huella del tiempo está presente en él, y tiene el poder de transportarnos a lugares conocidos, familiares, de despertar en nosotros una fuerte nostalgia, de traer al aquí y al ahora todo el pasado contenido en él. El objeto al que quedaron adheridos todos los acontecimientos, todos los anhelos; el objeto como testimonio de un tiempo anterior que tiene mucho que revelar.
     


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